Intento de diario - Terror apocalíptico.
Ayer fue a ver Legión, una película, como tantas otras, sobre el fin del mundo. En esta película en concreto, Dios envia a sus ángeles, entre ellos Miguel y Gabriel, para que destruyan al "salvador de la humanidad" que nace un 25 de diciembre de una muchacha pobre, sin recursos y a parecer sin futuro, de la cual está enamorada el "chico guapo de la peli" que aunque no es el padre, la quiere mucho. Si si si si, cuando vi el trailer no pensé que fuera una recreación tan cercana a la Biblia, pero bueno, ese no es el tema.
El tema es que a medida que iba pasando la película me reía no sólo del director sino también de los guionistas y del tipo en cuestión que fuera tan friki para hacer una película sobre el fin de la humanidad porque ésta está corrompodia, es egoísta, y en definitiva, una humanidad que tiene de todo menos de humano, una humanidad que apesta. No me imaginaba el motivo por el cuál alguien quisiera hacer una película para intentar (si intentar, todas estas películas tienen una intencón, como 2012, La guerra de los mundos, El día de mañana, El incidente, etc, etc.) concienciarnos en lo que, en general, nos estamos convirtiendo.
Mientras veía la película pensaba en que el mundo no está tan mal como para querer acabar con él. Si es verdad, está mal, la gente regala sufrimiento gratuito y uno está amargado por cualquier cosa, los enfados sin sentido aumentan en tantos por cierto enormes, el término amistad está corrompido por el puro y duro interés personal de las personas, pero al fin y al cabo, no estamos tan mal.
En ese momento me tendría que haber dado con un canto en los dientes. Acabó la película, y contenta de haberme quedado con ganas demás (tenía miedo de que fuera una película de terror apocalíptico) me fui a casa, y cuando llegué allí deseé que Gabriel estuviera en mi casa con su bola de hierro que daba vueltas y que lo destruya todo, empezando por mí. Y a partir de ahí todo fue a mejor (ironía). La película me había hecho olvidar lo que había pasado esa tarde, esa mañana, y el día anterior, por no decir, toda la semana. Gritos, enfados, trampas, malesentendidos, estrés, agobio, gente discutiendo, gente gritando, gente jodiendo, gente regalando sufrimiento, gente haciendo daño, gente matando, gente mintiendo, gente engañando, gente dejándose de hablar, gente robando, gente amargada y amargando, gente que no sabe pedir perdón, gente que no sabe perdonar, gente indiferente, gente egoísta, gente egocentrica, gente competitiva, gente. Gente.
Y por un segundo me he planteado que pasaría si ese fin de la humanidad llegara, pero no, estoy segura de que no llegará, porque Dios no existe, porque si existiera, ya habría acabado con nosotros. Vaya, yo, ya lo habría hecho.
Suena: We believe (Good Charlotte)
Ayer fue a ver Legión, una película, como tantas otras, sobre el fin del mundo. En esta película en concreto, Dios envia a sus ángeles, entre ellos Miguel y Gabriel, para que destruyan al "salvador de la humanidad" que nace un 25 de diciembre de una muchacha pobre, sin recursos y a parecer sin futuro, de la cual está enamorada el "chico guapo de la peli" que aunque no es el padre, la quiere mucho. Si si si si, cuando vi el trailer no pensé que fuera una recreación tan cercana a la Biblia, pero bueno, ese no es el tema.
El tema es que a medida que iba pasando la película me reía no sólo del director sino también de los guionistas y del tipo en cuestión que fuera tan friki para hacer una película sobre el fin de la humanidad porque ésta está corrompodia, es egoísta, y en definitiva, una humanidad que tiene de todo menos de humano, una humanidad que apesta. No me imaginaba el motivo por el cuál alguien quisiera hacer una película para intentar (si intentar, todas estas películas tienen una intencón, como 2012, La guerra de los mundos, El día de mañana, El incidente, etc, etc.) concienciarnos en lo que, en general, nos estamos convirtiendo.
Mientras veía la película pensaba en que el mundo no está tan mal como para querer acabar con él. Si es verdad, está mal, la gente regala sufrimiento gratuito y uno está amargado por cualquier cosa, los enfados sin sentido aumentan en tantos por cierto enormes, el término amistad está corrompido por el puro y duro interés personal de las personas, pero al fin y al cabo, no estamos tan mal.
En ese momento me tendría que haber dado con un canto en los dientes. Acabó la película, y contenta de haberme quedado con ganas demás (tenía miedo de que fuera una película de terror apocalíptico) me fui a casa, y cuando llegué allí deseé que Gabriel estuviera en mi casa con su bola de hierro que daba vueltas y que lo destruya todo, empezando por mí. Y a partir de ahí todo fue a mejor (ironía). La película me había hecho olvidar lo que había pasado esa tarde, esa mañana, y el día anterior, por no decir, toda la semana. Gritos, enfados, trampas, malesentendidos, estrés, agobio, gente discutiendo, gente gritando, gente jodiendo, gente regalando sufrimiento, gente haciendo daño, gente matando, gente mintiendo, gente engañando, gente dejándose de hablar, gente robando, gente amargada y amargando, gente que no sabe pedir perdón, gente que no sabe perdonar, gente indiferente, gente egoísta, gente egocentrica, gente competitiva, gente. Gente.
Y por un segundo me he planteado que pasaría si ese fin de la humanidad llegara, pero no, estoy segura de que no llegará, porque Dios no existe, porque si existiera, ya habría acabado con nosotros. Vaya, yo, ya lo habría hecho.
Suena: We believe (Good Charlotte)
(prometo que no lo he hecho adrede, ironía masiva)