Intento de diario - ¿Dónde está mi reloj?
El otro día tuve una de las mejores anécdotas de la historia de esta casa. Ha superado incluso a la competición de ver quién aguantaba más tiempo mordiéndose los pies mientras se bañaban, o cuando se tiraban pedos y se olían el culo.
Al tema, esa mañana me tocaba trabajar. Así que bien prontito para arriba, desayunos, acabar deberes y luego ellas tele y yo limpiar y recoger las cosas. Mientras hacía mis tareas escucho que una de las peques se vuelve loca buscando su reloj (esta nena en concreto es muy cuidadosa con sus cosas), así que desesperada por su reloj. Se va al padre a preguntar. Nada de nada.
La nena le pregunta a su hermana - no contesta -. El padre pregunta a la otra nena - oídos sordos-. El padre levanta la voz y la llama para que vaya al salón (la llama porque está castigado en el sofá por 12 semanas ya que se ha roto el tobillo). "Oye, sabes dónde está el reloj de tu hermana." "No, no lo sé". Yo mientra estaba en la cocina, pero ahí tenía la oreja pegada, cuando oigo a la que había perdido el reloj casi llorando: "PERO SI LO LLEVAS PUESTO". Me meaba de la risa en la cocina. La muy cabrona se había puesto el reloj de su hermana porque ella "había perdido" el suyo y quería llevar uno.
La nena le pregunta a su hermana - no contesta -. El padre pregunta a la otra nena - oídos sordos-. El padre levanta la voz y la llama para que vaya al salón (la llama porque está castigado en el sofá por 12 semanas ya que se ha roto el tobillo). "Oye, sabes dónde está el reloj de tu hermana." "No, no lo sé". Yo mientra estaba en la cocina, pero ahí tenía la oreja pegada, cuando oigo a la que había perdido el reloj casi llorando: "PERO SI LO LLEVAS PUESTO". Me meaba de la risa en la cocina. La muy cabrona se había puesto el reloj de su hermana porque ella "había perdido" el suyo y quería llevar uno.
Total, que berrinche, llantos, gritos, "que he perdido el mío", "que quiero otro". El padre (como no) acabó cediendo y le dijo que le compraría uno. Cuando casi estaba hecha la compra el padre levanta la cabeza y dice: "pero... ¿ese no es tu reloj?, si está en el sillón". En fin, que la niña tiene la mente más malvaba y retorcida que he conocido hasta el momento.
Y me la llevé al colegio en pleno berrinche, porque, por supuesto (y gracias padre inglés por no haberla complacido), no consiguió el reloj nuevo.
Y me la llevé al colegio en pleno berrinche, porque, por supuesto (y gracias padre inglés por no haberla complacido), no consiguió el reloj nuevo.