Intento de diario - ¿Cuánto nos queda?
He vivido esto alguna vez. Se que resucitaré cuando tenga un rato. Es normal que parezca que esté mintiendo. Escúchate, que yo ya he dejado de escuchar. He caido con un pie, sigo mejorando, y sé que la próxima vez cambiaré de bando. Creo que no hay marcha atrás. Al final siempre es el mismo cuento, al final siempre el final. Juro que no estoy arrepentida, pero tu no lo tienes tan claro. No soy quien tiene el mando. Esta vez soy yo quien va perdiendo, no conviene seguir sufriendo. Es una adicción, es un infierno, el no dejar de temblar. Dime, ¿cuántos besos me he perdido, desde que nos estamos dejando?
Me planteo cientos de alternativas a esta situación, hacer bien, mal las cosas. Esconderme, huir, proclamarlo a los cuatro vientos, correr, gritar, llorar y reir. Contarlo, guardarlo en secreto, abrazarlo, rechazarlo, quererlo, odiarlo. Estar por encima, dejar que se me coma. Caerme, hacerme la fuerte. Ser positiva, negativa, neutral, mantenerme al margen. Ser el centro, no hacer nada, dejarlo pasar, darlo todo. Pero al final de todo, solo veo que haga lo que haga todo seguirá igual. Que ya no importa lo que haga, que irá como toque que ir, y parece que toca que vaya mal. Ahora es todo frágil. Y ya no se si quiero o no quedarme sin ti. ¿Por qué hago una cuenta atrás?