domingo, 27 de febrero de 2011

Diario de una peca nº87

Intento de diario - Sabes mi nombre, no mi historia. Hundo mis manos entre los mechones de mi, ya larga, melena. Se pierden antes de salir y vuelven a la frente y una vez más se hunden. Intento poner, otra vez, mis pensamientos en orden. Tú, él, las pesadillas, ella, sus problemas, y tú otra vez. Entre tanto tengo un momento para mi, y acabo lanzando los almohadones a través de la habitación, ya que es lo único que no se rompe y no hace ruido al chocar contra la pared por mucha fuerza que ponga en la acción. Me debato entre gritar y que se me oiga en todos los rincones de mi estúpido laberinto, o callarme, buscar la salida y que nadie me vuelva a molestar más. Siento como si mis fuerzas se fueran volviendo transparentes hasta el punto en el que me abandonan y casi, casi, me puedo sentir menos pesada, sin esas fuerzas, no hace falta justificar ni las lágrimas, ni la derrota, ni las caídas. Y mientras tú, correteas jugando con tus miradas en esos sueños que me persiguen todos los lunes. Sabes mi nombre, pero de mi historia, no sabes ni el principio.

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