Intento de diario - A 10 después de 21.
Fue un caos silencioso.
El cocinero se fumaba un cigarrillo sentado sobre las escaleras mientras miraba a un infinito que solo él conocía. Su mirada se perdía entre montañas que distorsionaba la mosquitera llena de cadáveres. A unos metros por detrás comenzaba el caos. Una cazuela empezaba a rebosar agua hirviendo. El pinche, los ayudantes y los camareros aumentaban la voz pidiendo ayuda. Conforme salía el agua y tocaba el fuego se producían pequeñas llamaradas y grandes nubes de vapor. Empezó al cundir el pánico y las voces aumentaron el volumen. Con una tranquilidad pasiva como si aquello no fuera con él, el cocinero apagó el cigarrillo, y desvío su mirado del paisaje, ando despacio, se acercó a los fogones, los apagó y continuó con su trabajo.
Aunque supongo que nada de esto tiene que ver con que tu camisa duerma hoy conmigo.
P.D: cualquier relación del texto con la realidad, es pura casualidad.
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