miércoles, 23 de junio de 2010

Diario de una peca (XL parte)


Intento de diario - Avispas mutantes demasiado grandes para viajar en la parte de atrás de un coche naranja.



Por fin. Por fin retomo lo que era en su momento este proyecto. Un diario. Un diario de cosas buenas. De buenos momentos. De momentos para recordar. Para mirar un día y decir: "madre mia, como se armó ese día". Y aquí estoy, con varias anécdotas.

El lunes bien prontito, a eso de las 11:30, salia de Valencia rumbo Bétera con una amiga. Nuestra intención no era otra que la de tomar el sol en un sitio agradable, tranquilo, y sobre todo, LIMPIO(esto lo digo referido al tema de las playas valencianas). Así pues, llegamos a las 12, tomamos el sol, tomamos almuerzo, y a la 13:30 decidimos volver a la calurosa Valencia. Recogemos las cosas y cuando nos faltaba menos de un kilómetro para pasar por Godella, empezamos a oir un zumbido algo fuera de lo normal. ¿El móvil? No el tuyo está aquí delante, y el mío está demasiado escondido como para que se oiga con tanta intensidad. Buscando el ruido que empezaba a darse golpe contra algo me giro a la parte de atrás. ¿Y qué ven mis ojos? ¡LA AVISPA MÁS GRANDE QUE MIS OJOS HAYAN PODIDO VER EN LA VIDA! Observen sus dedos, pues como cualquiera de ellos era el grosor de la japuta, y de largo, pues unos 7 centímetros. Exagerada direis. Di lo que te de la gana porque tu no viste esa bestia mutante dandose de leches como si el cristal se pudiera romper o atravesar solo por darle golpes, que maja eres grande, ¡pero no tanto! La cuestión está que en un segundo se me pasó por la cabeza que unos amigos de mis padres tuvieron un accidente mortal debido a una avispa (de tamaño normal) y pérdida del control de coche. No me lo pensé un segundo: ¡PARA EL COCHE!¡PARA EL COCHE YA MISMO! ¿DÓNDE? ¡DONDE SEA PERO PARA YA! Mi amiga acerco el coche a un lado de la carretera y allí fue cuando ella LA vió. Me quito el cinturón, abro la puerta, salgo corriendo y abro la puerta trasera. Y la liberación, de todas digo, la avispita maja salió volando hacía alguna parte, y volví al coche. Silencio. Manos a la cabeza. Susurro: ¿La has visto? Para no verla.


Continuamos nuestro camino con el corazón latiendo a una velocidad arítmica. Lo único de lo que podíamos hablar era de lo enorme que era aquello, y de lo que podría haber pasado. Por suerte, la pequeña avispa salió sin heridas, y nosotras también. Algo que contar.



Suena: Never too late (Three Days Grace) /
This is War (30 Seconds to Mars)
Imagen: ya se que es una abeja, pero es que no tengo fotos de avispas ENORMES.

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