Diario de una peca nº170

Intento de diario - Zorros.

Los zorros. Esos gatunos grandes y naranjas. Los zorros, adorables y cuquis, que nos hacen babear a la mitad de chicas. Zorros, preciosos, con esos pelajes y esos saltos, y sus bebés bonitos. Zorros. Zorros del tumblr. Porque esos son los zorros del tumblr. Aquí no son así.

Cuando vine a Londres fue de las primeras cosas que me avisaron: cuidado con los zorros. No entendía nada, pero vale, cuidado con los zorros. No había visto ninguno por la zona, y menos de día. Una noche me despertaron unos gritos de lo más espeluznante. Pensaba que estaba matando a alguien. Eran gritos de agonía y, si, de muerte. A la mañana siguiente era el tema principal del desayuno. Por lo visto uno grupo de zorros habían salido de fiesta y se habían dedicado a matar pollos, palomas y todo bicho comestible. Y los gritos, eran los gritos de la comida siendo comida viva. Vale, lo capto, cuidado con los zorros.

A las semanas sin noticias de zorros oí otra vez unos gritos parecidos. ¿Zorros? A la mañana siguiente pregunté, y me dijeron si había notado la diferencia de gritos. Sí, claro. Vale, pues eso gritos eran de apareamiento. Joder, vale, lo capto. Cuidado con los zorros.

Durante las noches salen a cazar, recorrer las calles y destruir/comer las basuras. Nos hemos encontrado con varios de ellos. Por la noche, nunca por el día (os recuerdo que aquí en invierno a las 16:00 ya es noche cerrada). En mitad de la calle, una sombras sigilosa, te mira desde lejos y te reta. Nosotras nos paramos y les damos paso. Ellos acaban dando la vuelta o siguen su camino. 

Y esta mañana, teníamos una sorpresa. Nos dejamos la basura fuera. Y festín. Para los zorros. Toda la basura (la que han dejado, porque menudo banquete se han dado) esparcida por la entrada a la casa. En fin, cuidado con los zorros. Porque son animales salvajes, y así son y así es como deben de ser.

A pesar de todo eso, y demás, yo me quedo con la imagen de una mañana que me levanté y había un zorro durmiendo sobre la caseta del vecino. Relajado, y por lo  que vi, feliz. 

Pues eso, cuidado con los zorros.