jueves, 5 de mayo de 2016

Diario de una peca nº181

Intento de diario -  Un jueves convertido en sábado gracias a un viaje en tren.

Necesito más viajes en tren. Te dan una perspectiva, ¿diferente? No sé si es el traqueteo, las ventanas gigantes, los 4 asientos para mi, no sé si es el cielo lleno de nubes o las montañas; pero necesito más viajes en tren. Me dan para pensar, y para quedarme en blanco; para cantar(me) todas las canciones en mi mente, y para no escuchar la canción de la invasión de pensamientos. 

Pero ante todo, por mi preferida: las anécdotas.
 
Iba en el tren, de vuelta. Poca gente, mucho silencio. Cansancio. He cerrado los ojos y ha parado el tren. En la parada de no sé qué sitio ha subido un chico. Se ha sentado en el mismo pack de 4 asientos de una chica, enfrente, pero no delante. Sobraban los sitios. Él la mirado. Ella iba mirando, o no, fuera. Tenía la mirada perdida, de vez en cuando volvía. En una de esas, sé que ha notado cómo él la miraba, porque ha girado la cara y se ha encontrado con él.

Y ahí estaba yo, mirando desde fuera, como dos extraños se miraban mientras el otro no lo hacía, como ella contenía una sonrisa tímida, como se buscaban en el reflejo del cristal, como buscaban mostrarse tranquilos, pero los gestos hablaban de un nerviosismo particular. Y es curioso. Sí, tenían el mismo estilo, no había que negarlo, se habían gustado a esa estúpida primera impresión. Ella se ha arreglado la trenza, él se ha (des)peinado mirando al reflejo. Parecía un juego de adolescentes, pero te digo yo que no lo eran.

La situación ha durado lo suficiente para que hubiera intercambio de sonrisas, de móviles, una charla y un ¿nos vemos algún día? Pero no. No, se han quedado en silencio, jugando, mirándose sin mirarse, buscando un primer paso que nadie iba a dar. Él se ha levantado dos paradas antes que ella, y antes de bajar del tren, la ha buscado y se ha quedado mirándola. Ella se le ha quedado mirando y le ha sonreído tímidamente, la sonrisa ha vuelto. Cuando ella ha ido a buscarlo por la ventana ya se había ido.  

Sólo quería gritarles "estáis tontos o qué", por qué no os habéis hablado, ¿a caso él sube a todos los trenes a hacer lo mismo?, por qué ella lo ha buscado después y no antes, qué se la había pasado por la cabeza, por qué el la ha buscado pero no, por qué ella, ARGH.

Y todo desde fuera, como si yo no estuviera allí, como si no pudiera hacer nada, como si la cosa no fuera conmigo, como si tuviera algo que perder.

Querida yo del pasado, presente y futuro, tenemos que hablar: necesito más viajes en tren. 

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